martes, 27 de octubre de 2009

TECNOLOGIAS Y MATERIALES


Textos propuestos y recomendaciones.

Ponentes: Maria Paula Fernandes y Javier Peña.
Relator: Jesús-Angel Prieto

Texto propuesto

Revolución e industria – tradición e innovación.

Los materiales han sido a lo largo de la historia el germen del desarrollo tecnológico. Desde la edad de piedra, pasando por la de los metales hasta nuestros tiempos, los materiales son y han sido objeto de deseo y fuente de innovación. Hemos sobrevivido a la escala macro: la belleza de la cerámica, el calor de la madera y el poder de los metales y minerales preciosos que aun hoy controlan nuestras economías bajo el nombre de materiales estratégicos. Nos hemos ordenado con la escala micro y el silicio, ese material de los microchips, ordenadores, y todo tipo de dispositivos electrónicos, que hoy es además la base para el funcionamiento de las placas solares. “Las de la energía verde”. Vivimos el presente de las nanociencias y nanotecnologías. En un nanómetro caben entre 3 y 5 átomos. Aquello que forma los aceros, los plásticos, los virus, los hongos o a nosotros mismos es esencialmente lo mismo: los átomos. Lo que nos diferencia a los unos de los otros es la unión de los átomos, moléculas, cadenas y estructuras diversas que nos forman. Este es el reto de hoy. Intentamos domesticar átomos y moléculas que sepan como autoensamblarse y crecer, entre muchas otras cosas (esto nos recuerda a la serie de dibujos “Érase una vez la vida”), y de esta manera puedan generar materiales a la carta bajo nuestras órdenes. Esto nos acerca a la naturaleza y a la perfección de los materiales que ella genera. Materiales como el hueso, el cartílago, la seda o la madera entre otros muchos. Hablamos de los materiales moleculares que son la nueva visión de la Ciencia y Tecnología de los materiales. El concepto nano nos hace intuir un futuro donde el límite entre los procesos tecnológicos y los biológicos quedará difuminado; donde el linde entre lo vivo y lo no vivo sea una mera nomenclatura. Imitamos a la naturaleza.

Los materiales comienzan a sentir, ya no son unos desconocidos o rudos materiales donde sólo importa que trabajen, que aguanten cargas elevadas, que sean rígidos que permanezcan inalterables con el tiempo, que no les afecte el entorno, que soporten el frío y el calor sin inmutarse. Hoy los materiales siguen aportando dinamismo al desarrollo de nuestra sociedad, pero además se adaptan al entorno, cambian de color (materiales termo y fotocrómicos) como el camaleón, de forma o viscosidad (materiales con memoria de forma o magnetoreológicos) como los músculos o el cartílago de nuestras articulaciones, iluminan (como los LED y OLED basados en semiconductores) como la luciérnaga, se biodegradan como nosotros mismos, por eso muchos plásticos ya no salen del petróleo, salen por ejemplo, de la patata y se biodegradan igual que ella. Sería bonito que todos los productos de plástico que hoy tiramos al contenedor amarillo fuesen abono para nuestros campos de una manera sostenible. Hoy los materiales se convierten en puras máquinas y puros mecanismos que son puros materiales.


Los semiconductores, fundamentales en el desarrollo de la electrónica (pilar esencial en nuestra electrosociedad), dan lugar a la apertura de importantísimos campos de investigación como la fotónica. La fotónica funciona con corrientes de partículas luminosas, los fotones y gracias a ella podemos hablar de lectores de códigos de barras, aplicaciones láser en la medicina, la televisión digital… y muchos otras aplicaciones que nos rodean. Los materiales magnéticos son fundamentales en los sistemas de almacenamiento de datos (discos duros y memorias RAM) y están presentes en equipos de diagnostico médico como los equipos de resonancia magnética nuclear, en el transporte eficiente de energía y en nuevos sistemas de transporte ferroviario mediante levitación. ¡Cuántos problemas energéticos se solucionarían si estos materiales fuesen superconductores a temperatura ambiente!(se trabaja en ello). Hablando de energía los materiales protagonistas son los que aprovechan el Hidrógeno como combustible (las pilas de hidrógeno) y los que permiten hacer grandes molinos de viento (materiales compuestos), y placas solares más eficientes, (semiconductores), y algún día permitan la fusión nuclear, (materiales de alta temperatura y superconductores). Los metamateriales, otros semiconductores, nos harán invisibles cualquier día de estos, mientras que el aerogel, un material que puede ser un 99% aire, es utilizado para capturar polvo cósmico en el espacio y para chaquetas en la tierra (material aislante y ligero).

Hemos vivido la fiebre del oro, la del petróleo y la de muchos otros materiales que el hombre ha utilizado para conseguir poder sobre un vecino, otra nación o en última instancia sobre la naturaleza misma. El reto de los materiales y la sociedad del presente es otro bien distinto. Es la búsqueda del equilibrio natural, el diseño de la cuna a la cuna, la pura sostenibilidad.

Javier Peña Andrés
Director científico y comisario de Mater
RECOMENDACIONES

Como gotas de lluvia, las siguientes frases se complementan unas a otras, se confunden, se contraponen, se contradicen…para acabar mojando.

Cuando un material se utiliza correctamente, seguro que es sostenible.

La sostenibilidad genera, a veces, acciones incongruentes.

¿Queremos vivir de esta manera?

La persona es responsable de la eficacia en el uso del material.

La sostenibilidad es un tema educacional.

La artesanía, por una cuestión de escala, le queda lejos la responsabilidad sostenibilista, pero no así al artesano, a la persona.

La alta tecnología digital no la utiliza el artesano, en principio.

Es necesario conocer y conectarse con los centros tecnológicos, de las universidades, de las industrias.

¿Qué relación tiene el artesano con la tecnología?

¿La artesanía no puede ser un sector de investigación?

La innovación ha de incorporar la forma, los materiales, la tecnología; pero también los usos y el concepto.

La innovación es un coste que ha de ser incorporado previamente.

Buscar sinergias entre tradición y tecnología.

La artesanía es sostenible “per se”.

A los artesanos no nos gusta trabajar con mucha tecnología.

Una cosa es la manera de hacer y otra las posibilidades de los nuevos materiales.

La tirada corta es nuestra competencia.

La tecnología es una prolongación de la mano.

Conocimiento y su transferencia.

El artesano es el científico en esencia.

El artesano cierra el círculo.

Los artesanos hacemos lo que queremos / podemos.

El artesano es individualista.

Es necesario ser dinámico, adecuarse al mundo en que vivimos.

Hay que promover un centro tecnológico y su accesibilidad.

Tenemos que tener nuestro lugar.

La dificultad, cada vez más, de encontrar materia prima, materiales.

Del producto al material o del material al producto.

La importancia de la sostenibilidad (reducir, reutilizar, reciclar).

La tecnología es una extensión de la mano.

La tecnología digital permite la corta tirada (competencia con la artesanía).

Internet facilita el acceso a materiales diversos y/o novedosos.

Hacemos maridajes con la pequeña empresa para acceder a la tecnología, a materiales diferentes.

La artesanía no hace producciones industriales, de gran tirada.

Se es refractario a lo desconocido: a los nuevos materiales, a las nuevas tecnologías.

Desdramatizar la relación con lo nuevo.

Cuando las tecnologías muestran oportunidades de mercado, dejan de ser un problema.

La artesanía no ha de ser miedosa ante las nuevas realidades: ha de ser protagonista.

El talento se transmite no solo a través de la mano, sino también con las tecnologías.

Compartir la tecnología (para amortizarla, para compartir conocimiento).

La definición de la artesanía es dinámica.

La artesanía y la autoría.

La artesanía se define por su capacidad de adaptarse a demandas muy diversas, de tamaño y de uso.

Tenemos utilidad social.

Difundir “mater”.

Reivindicar la artesanía como modo de producción más humanista, más sostenible.

Somos contadores de historias.

Las palabras se agotan: artesanía.

La artesanía es un modelo de vida.

Se vuelve al “saber hacer”.

La capacidad de sorprender: por las formas, por el uso de los materiales, por sus mixturas.

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